Ya se tenía conocimiento de esta feria hace más de medio milenio (en una Provisión del rey Felipe II, fechada en 1577 ya se hacía referencia que «desde tiempos inmemoriales se acostumbraba a hacer en dicha Villa una feria…») aunque el comienzo y la duración de la misma eran distintos de los actuales.
Por aquellas fechas, se trataba esencialmente de una feria de ganado. El recinto ferial se extendía principalmente por la Calle Real, a lo largo del recorrido se colocaban pequeñas barras donde se servía vino y bollería, especialmente para cuando se cerraba un trato, en lo que llamaban «echar el alboroque». Si el trato era excepcional, se celebraba en improvisadas terrazas con el plato típico de la feria, el «Bacalao al Ajo Arriero».
Oficialmente dicha feria comenzaba el 24 de Noviembre, víspera de la festividad de Santa Catalina, y al llegar a San Andrés, el día 30, se prolongaba un día más. La feria era tan importante que el día 13 de Noviembre, día de San Bricio, Turégano ya estaba lleno de feriantes que provenían de todas partes del país. Las casas tureganenses e incluso las de los pueblos adyacentes se convertían en improvisadas posadas para los visitantes
Actualmente la feria es básicamente de maquinaria agrícola, automóviles y productos regionales y se celebra en los días cercanos a San Andrés, pero sigue siendo importante y reuniendo a muchos visitantes que unos por curiosidad y otros por interés, se acercan a la Villa para su disfrute. En el año 2004, además, la plaza se llenó con un mercado medieval que con el castillo de fondo, hizo un lugar idóneo como ninguno para su emplazamiento.
En 2007 la feria se ha distribuido por todo el pueblo, ocupando la maquinaria la plaza mayor y la feria de artesanía en el frontón y aledaños. En el paseo entre una y otra también se ponen diferentes puestos.